Las osteogénesis
imperfectas (OI) son un grupo de patologías genéticas hereditarias del tejido
conectivo que se caracterizan por fragilidad ósea y fracturas. Las osteogénesis
imperfectas se clasifican en tipos; I, II, III, IV, V y VI. Los tipos I y IV se
subdividen en grupos I A y IV A, sin dentina opalescente y I B y IV B, con dentina
opalescente.
Características clínicas:
La OI tipo I es la más leve, presenta
fragilidad ósea de leve a moderada, escleróticas azules, macrocefalia y cara
triangular. El 8% de los pacientes presenta fracturas al nacimiento y el 23% a
lo largo del primer año de vida. En el 35% de los casos se observa hipoacusia.
Es de herencia autosómica dominante (AD) y de pronóstico en general, bueno. La severidad
de la OI tipo I puede ser muy variable, desde individuos sin fracturas, hasta
pacientes con múltiples fracturas.
La OI tipo II es la más grave, en general
letal, puede ser AD o autosómica recesiva (AR) y se divide en tres subgrupos
dependiendo de las características radiológicas: grupo II A (la más común) se
presenta con huesos largos, cortos y anchos, tibia en acordeón y rosario raquítico
en las costillas. La tipo II B: también con huesos largos, cortos, anchos y
arrugados, pero no se observa el rosario a nivel de las costillas y hay
fracturas costales. En la tipo II C se ven los huesos largos, finos y
fracturados, las costillas largas, finas y en rosario (muy raro).
En la OI tipo III, la fragilidad ósea tiene
características de moderada a grave con deformidad progresiva de miembros, por
lo que los pacientes no desarrollan marcha. Las escleróticas son azules en la
infancia, presentan cifoescoliosis, macrocefalia y con frecuencia, dentinogénesis
imperfecta e hipoacusia. La OI tipo III es de herencia AD, aunque
existe una forma rara AR que es la más común entre los negros sudafricanos.
La OI tipo IV presenta fragilidad ósea
intermedia entre la tipo I y la tipo III, las escleróticas son normales, es AD
y el pronóstico es bueno, en general.
En la OI tipo V, se observa una tendencia
moderada a la fractura de huesos largos y vértebras, las escleróticas son
normales y es AD.
Por ultimo, en la OI tipo VI, se ven fracturas entre los
4 y los 18 meses de vida, escleróticas normales o azul claro, no hay dentinogénesis
imperfecta y sí fracturas de vértebras, aun se desconoce el modo de herencia La
habilidad para caminar depende del tipo de OI.
Prácticamente en
todas las OI tipo I la marcha está conservada, sin embargo las OI tipo III se
caracterizan por producir deformidad ósea progresiva y por lo tanto, los pacientes
no pueden caminar. La prevalencia estimada de todos los tipos combinados
es de 0,5 en 10.000 nacimientos. La Osteogénesis
Imperfecta (OI), por su baja incidencia, de 1/15.000 a 1/ 20.000 recién
nacidos (RN) pertenece al grupo de enfermedades raras, afecta por igual ambos
sexos, razas y grupos étnicos. El número de afectados en nuestro país es
desconocido, dado que muchos de ellos desconocen padecer la enfermedad, al
tener una sintomatología leve, por este motivo la cifra de 2700 que se baraja
en algunas publicaciones no es real. Ninguna de las dos Asociaciones Españolas
de OI (AHUCE y AMOI) poseen un registro del total de afectados de ahí la
dificultad para poder aproximarnos al número total de casos. Cada vez se tiende más, por diferentes
investigadores de esta enfermedad, a referirse a ella como “Síndrome de
Osteogenesis Imperfecta” caracterizado por: baja masa ósea, fragilidad ósea, y
amplio espectro
en cuanto a su gravedad clínica: desde sujetos con huesos casi rectos y muy
pocas fracturas a otros con múltiples fracturas incluso intraútero. Esta
amplia variabilidad clínica sería la base para clasificar a estos pacientes en leves, moderados
y graves, dado que muchas veces, es difícil incluirlos en un tipo determinado
de los descritos por Sillence (Tabla 1) bien porque tienen síntomas de tipos diferentes o bien
porque su afectación clínica es diferente aún dentro del mismo tipo de OI,
incluso dentro de una misma familia.
Etiología:
las
OI son causadas por mutaciones en los dos genes que codifican las cadenas de
colágeno tipo 1; COL1A 1, localizado en el cromosoma 17 y COL1A 2, localizado
en el cromosoma 7. El tipo de herencia varía de acuerdo a los tipos y subtipos
de OI. La OI tipo I, resulta de mutaciones del gen COL1A 1. La OI tipo II se debe
a mutaciones del gen COL1A 1 o COL1A 2, la mayoría son mutaciones esporádicas y
para estos casos el riesgo de recurrencia es del 6%. En las OI tipo III y IV,
se ven mutaciones del gen COL1A 1 o COL1A 2 (1, 2). La tipo V no se asocia a
mutaciones del colágeno tipo I y en la tipo VI no se han documentado anomalías
de COL1A 1 ni COL1A 2.
El colágeno tipo-1 es un
componente estructural de la matriz extracelular del tejido conectivo, cuya
función es proporcionar soporte y resistencia a la tracción a los tejidos. Esta
proteína, la más abundante en hueso y piel, es sintetizada en el retículo
endoplasmático en forma de molécula precursora tras el ensamblaje de dos
cadenas peptídicas de pro-colágeno α1
(codificada por COL1A1) y otra de pro-colágeno α2 (codificada por COL1A2), en
una triple hélice. La glicina se sitúa cada 3 residuos helicoidales (Gly-X-Y
secuencia). En
este proceso intervienen chaperonas moleculares y enzimas del retículo
endoplasmático, las cuáles proporcionan las modificaciones postraducionales (la
hidroxilación de residuos específicos de prolina y lisina y la glicosilacion
de determinadas hidroxilisinas) necesarias para el correcto plegamiento de los
trímeros de colageno y su posterior “crosslinking” en la matriz extracelular.
Una vez formada la triple hélice, las moléculas de procolágeno I son exportadas
al espacio extracelular vía Golgi y transformadas en moléculas de colágeno tipo-1 funcionalmente competentes y aptas para su ensamblaje en fibrillas y fibras
mediante el corte proteolítico de los pro-péptidos de los extremos amino y
carboxilo 4.
La mayoría de los casos de
OI (90%) se originan por mutaciones heterocigotas (descritas más 1500) bien
autosómicas dominantes (AD) o bien de novo, en uno de los dos genes que
codifican las cadenas pépticas de pro-colágeno I (COL1A1 y COL1A2). Las
anomalías genéticas más frecuentes encontradas en la OI-AD son mutaciones
puntuales que afectan al residuo de glicina produciendo alteraciones en la
estructura o en la cantidad de colágeno tipo 1, con un fenotipo esquelético y
clínico que va desde subclínico a letal, dependiendo de la cadena que se vea
afectada, en qué posición de la triple hélice se produce la sustitución y del
aminoácido que sustituye a la glicina. Las mutaciones que crean un codón de
parada prematuro en el COL1A1 en la mayoría de los casos se corresponden fenotípicamente
con la OI Tipo I. Los
productos de transcripción de los genes que albergan dicha mutación suelen ser
inestables, siendo destruidos por un proceso llamado “nonsense-mediated
decay” (NMD) , lo que se traduce en un defecto cuantitativo en la producción de
colágeno tipo I. Recientemente Semler y col han hallado una mutación recurrente
en IFITM5 8 en
unas pocas familias con herencia dominante, lo que ha puesto de
manifiesto que, excepcionalmente, este modo de transmisión de la enfermedad
también puede ser causado por defectos en genes distintos a COL1A1/2.
Los
restantes casos de OI (10%) son autosómico recesivos (AR) y se caracterizan
por una elevada heterogeneidad genética. Entre los genes de OI-AR descritos
hasta la fecha se encuentran las tres enzimas que forman el complejo de
hidroxilación de la Prolina 986 de la cadena de procolágeno a1 (CRTAP, LEPRE1
y PPIB);
las chaperonas FKBP65 (codificada por FKBP10) y HSP47 (codificada por
SERPINH1), que intervienen en el plegamiento y secreción del procolágeno I;
SERPINF1, un factor secretable que interacciona con la matriz extracelular y
con función anti-angiogénica;
y TMEM38B, un canal específico de cationes monovalentes involucrado en liberar
Ca(2+) de los reservorios intracelulares.
Características
clínicas asociadas: se describen: escleróticas azules, dientes
opalescentes, hipoacusia, deformidad de huesos largos y columna vertebral, hiperextensibilidad
articular, retraso del desarrollo motor y talla baja. El diagnóstico está
basado en la historia familiar, características físicas y hallazgos
radiológicos. Se puede realizar el diagnostico prenatal de las OI por ecografía
y si se conoce la mutación, con el estudio por biología molecular de test pre-natales.
En 2010, Van Dijk et al. efectúan una revisión de la
clasificación de OI, y concluyen que si a cada nuevo gen que se va
descubriendo, relacionado con la OI, se le asociase un nuevo tipo de OI, se
crearía una clasificación ilimitada, basada en el gen afectado y no en las
características clínicas del paciente, por lo que proponen una modificación de
la clasificación, mencionando el gen causal y el cuadro clínico. En 2011,
Forlino et al. 19
proponen una nueva clasificación (Tabla 2) que atribuye los originales
4 tipos de OI a mutaciones en COL1A1 y COL1A2. La OI tipo I debería limitarse a
los casos con alteración cuantitativa del colágeno tipo 1, incluyendo aquellos
individuos en los cuales la insuficiencia produce una clínica moderada. Los
casos, en los que la mutación estructural del colágeno se asocia a un fenotipo
muy leve deberían designarse como OI tipo IV. Esta clasificación asegura que
la OI tipo I es un grupo homogéneo clínica y bioquímicamente, así como la única
forma de OI dominante en la cual no hay colágeno anormal. Las formas recesivas
de OI son diferenciadas también, según el gen en el que se produce la mutación
o el producto genético afectado. Esta clasificación hace referencia de forma
general al defecto genético y a la severidad del fenotipo, permitiendo generar
grupos homogéneos para aproximaciones terapéuticas e investigaciones básicas
del mecanismo de la enfermedad.
La clasificación de los
pacientes, basada únicamente en criterios clínicos puede llevar a errores en
el consejo genético, dado que pacientes con OI-AR y OI-AD pueden ser
clínicamente semejantes, de ahí la importancia de la identificación del gen
afectado. En el 2012, Semler et al. descubrieron, como ya se ha comentado con anterioridad, que mutaciones del gen
IFITM5 8 son las responsables de la OI tipo V.
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