El pseudohipoaldosteronismo es un sindrome infrecuente de
resistencia a la aldosterona que se manifiesta con pérdida salina,
hiponatremia, hiperpotasemia, acidosis metabolica hipercloremica e
hiperaldosteronismo hiperreninémico. El síndrome puede ser genético; secundario
a uropatias e infección urinaria entre otras causas o presentarse esporádicamente.
La pérdida salina puede ser sistémica y grave o localizada a nivel renal, por
lo general, con mejor pronostico. El cuadro clínico se manifiesta predominantemente
en los primeros siete meses de vida; un marcado retraso pondoestatural y vómitos
recurrentes suelen ser los signos clínicos habituales, rara vez se presenta
como una emergencia hidroelectrolítica en forma de shock hipovolémico,
arritmias cardiacas hiperpotasémicas y crisis convulsiva por hiponatremia. La
aldosterona es un mineralocorticoide que actúa principalmente en el riñón y
secundariamente en colon, pulmón y glándulas sudoriparas, salivales y lagrimales.
Su acción requiere, a nivel celular, la existencia del receptor
mineralocorticoide (RM) y de proteínas transportadoras de sodio denominadas
canales epiteliales de sodio (CES), que actuan a nivel apical, donde favorece
la reabsorción electrogénica de sodio y la eliminación de potasio hacia la
orina. Existen tres tipos de pseudoalteronismo que pasamos a describir.
PSEUDOHIPOALDOSTERONISMO
TIPO I
Se trata de una
condición hereditaria, descrita en 1958 por Cheek y Perry, y caracterizada por
pérdida salina, hipovolemia, hiponatremia, hipercalciuria y acidosis
metabólica, en presencia de niveles marcadamente elevados en plasma de
actividad de renina y de aldosterona. Deben diferenciarse dos entidades clínica
y genéticamente diferentes: en una la resistencia periférica a los
mineralocorticoides está aparentemente presente en diversos órganos (forma
múltiple), mientras que en la otra se limita exclusivamente al riñón (forma renal).
Pseudohipoaldosteronismo tipo I (forma múltiple)
Se trata de una
entidad poco frecuente, con herencia autosómica recesiva, en la que existe una
aparente resistencia periférica a la acción de los mineralocorticoides en
riñón, colon, glándulas sudoríparas y glándulas salivales. Los padres de los
enfermos son normales y no presentan elevación de la aldosterona plasmática.
Esta forma clínica causa una pérdida salina de extrema gravedad y tiene peor pronóstico
que la forma renal. Los episodios de pérdida salina pueden ya ocurrir inmediatamente
tras el nacimiento y ser seguidos de muerte por colapso periférico. De manera característica
la concentración de Cl y Na en el sudor está elevada lo que, unido a la frecuente
aparición de infecciones respiratorias, puede inducir a confundir esta síndrome
con la fibrosis quística del páncreas. Estudios recientes de biología molecular
han demostrado que este proceso está causado por mutaciones “con pérdida de
función” de uno de los genes codificantes de las subunidades proteicas que
forman el canal epitelial de sodio (ENaC). El ENaC está formado por tres
proteínas (α, β y γ) que presentan dos terminales citoplásmicas, dos dominios transmembranosos
y una larga asa extracelular. La subunidad α parece ser fundamental para el
correcto funcionamiento del complejo. Las tres subunidades son estructuralmente
homogéneas y poseen un 35% de aminoácidos idénticos. Una posible topología de
membrana es la de un complejo formado por 2 subunidades α, una subunidad β y
una subunidad γ. El ENaC está presente en membranas epiteliales de riñón,
pulmón, colon, glándulas exocrinas, piel y folículo piloso. Los genes que codifican
las subunidades β (SNCC1B) y γ (SNCC1G) están localizados en 16p12. El gen
codificante de la subunidad α (SNCC1A) está localizado en 12p137. En la forma múltiple,
autosómica recesiva, se han encontrado mutaciones homocigotas de las tres subunidades
del ENaC, incluyendo mutaciones ”missense”, “nonsense” y con cambio del marco
de lectura. Los puntos críticos parecen estar situados en las zonas codificantes
de segmentos extracelulares de la proteína ricos en cisteína. Es interesante
señalar que el síndrome de Liddle está causado por mutaciones con “ganancia de
función” de los canales β y γ del ENaC. La clínica depende de un transporte
alterado de sodio en numerosos órganos (riñón, pulmón, colon y glándulas exocrinas)
con subsecuente pérdida salina por orina y heces y elevación de electrólitos en
sudor y saliva. En consecuencia, la elevación plasmática de los niveles de
renina y aldosterona no son el resultado de un resistencia periférica propiamente
dicha a la acción de los mineralocorticoides sino que derivan de la contracción
sostenida del volumen del EEC.
Los hallazgos
reportados de una actividad reducida del enzima Na,K-ATPasa en membranas de
hematíes son, sin duda, de carácter secundario. La comprensión de la patogenia
ha avanzado considerablemente mediante el desarrollo de ratones transgénicos en
los que se ha silenciado (“knock-out”) la expresión de una de las subunidades α,
β o γ del ENaC. Es notable el hecho de que los ratones sin función de la
subunidad α ENaC mueren al nacimiento por incapacidad de eliminar el líquido alveolar fetal. Si
estos ratones se “rescatan” de la muerte por la inducción de la actividad α ENaC
pulmonar, desarrollan un cuadro completo de pseudohipoaldosteronismo con
pérdida salina e hipercalciuria. Los ratones deficientes en actividades β ENaC
y γ ENaC no mueren de insuficiencia respiratoria neonatal y dearrollan también
un cuadro de pérdida salina precoz y grave con hipercalciuria, similar al
observado en humanos. Los hallazgos neonatales observados en ratones con
deficiente expresión de α ENaC solo se observan excepcionalmente en el ser
humano con pseudohipoaldosteronismo, probablemente porque el ENaC, si bien está
formado por dos subunidades α alteradas, mantiene suficiente capacidad para
transportar Na y absorber el líquido alveolar fetal. Sin embargo, debe de existir
un cierto grado de incapacidad de transportar sodio a través de la vía aérea si
consideramos la gran incidencia de infecciones pulmonares observada en estos enfermos.
Este transporte alterado de sodio puede también demostrarse mediante la
medición del voltaje transepitelial nasal.
Pseudohipoaldosteronismo tipo I (forma renal)
Ocurre con mucha
mayor frecuencia que la forma múltiple y se hereda con carácter autosómico
dominante. Los enfermos presentan un cuadro clínico de pérdida salina renal, acidosis
metabólica e hipercalciuria pero no presentan alteraciones en pulmón, colon o
glándulas exocrinas. Las manifestaciones clínicas son extremadamente variables,
desde formas graves de pérdida salina neonatal con hipercalciuria amenazante
hasta formas que permanecen asintomáticas a lo largo de la vida. Aunque el
defecto primario es permanente la mayoría de los pacientes presentan una
mejoría espontánea a partir de los 2 años de edad, probablemente como consecuencia
de una mayor madurez funcional del transporte proximad de sodio, de un
desarollo del apetito por la sal y de una mejor respuesta renal a los
mineralocorticoides.
Estudios recientes de
biología molecular han demostrado que esta forma dominante está causada por
mutaciones con “pérdida de función” en el gen codificante de la síntesis del receptor
de los mineralocorticoides. Este receptor es una proteína formada por 984
aminoácidos que pertenece a la gran familia de receptores esteroideos. Estos
receptores están constituidos por un dominio inmunogénico, un dominio con
“dedo” de cinc que se une al ADN y un dominio que se liga a la hormona, en este
caso la aldosterona. En contraste con el receptor de los glucocorticodes que está
presente en numerosos tejidos, la expresión génica del receptor de los mineralocorticoides
se limita a células específicas de los túbulos renales distal y colector, del
epitelio colónico y de los conductos de las glándulas exocrinas. En todos estos
epitelios la aldosterona estimula la reabsorción selectiva de sodio. El gen
codificante posee 9 exones y ha sido localizado en 4q31. Existen al menos dos
isoformas que se expresan en cantidades equivalentes en riñón, colon y
glándulas sudoríparas. Se han identificado mutaciones heterocigotas del gen
codificante de los mineralocorticoides en una pocas familias con la forma renal
de pseudohipoaldosteronismo tipo I. Estudios familiares revelaron que muchos
individuos adultos portadores de la mutación permanecían totalmente asintomáticos
pero presentaban una elevación de la aldosterona en plasma. Estos datos apoyan
la conclusión de que solamente una pequeña proporción de heterocigotos desarrolla
un cuadro clínico de pérdida salina. La causa de estas diferencias fenotípicas
es desconocida pero puede estar relacionada con hábitos de ingesta de sal o con
intercurrencias que conducen a depleción de volumen extracelular.
Es también posible
que polimorfismos o mutaciones en los genes que codifican las subunidades del ENaC
pueden jugar un papel coadyuvante. Polimorfismos y mutaciones que conducen a
una “perdida” o “ganancia” de función del ENaC pueden agravar o atenuar, respectivamente,
las consecuencias de una función alterada del receptor de los
mineralocorticoides. Es interesante señalar que se han descrito también
mutaciones con “ganancia de función” del gen del receptor de los
mineralocorticoides que dan origen a un cuadro familiar de hipertensión
arterial que remeda el hiperaldosteronismo primario.
Pseudohipoaldosteronismo tipo 2 (Síndrome de Gordon)
El pseudoalteronismo tipo 2
(PHAII), también conocido como Síndrome de Gordon o Síndrome de hipertensión
familiar e hipercalcemia, es una enfermedad que se caracteriza por problemas en
los mecanismos de regulación de las concentraciones de sodio y potasio en el organismo.
Los pacientes de PHAII tienen hipertensión e hiperpotasemia sin que haya
alteraciones en la función renal. En la mayoría de los casos, inicialmente
presentan hiperpotasemia, siendo la hipertensión un síntoma posterior. En
algunos casos, los pacientes también pueden sufrir otras alteraciones,
fundamentalmente hipercloremia (elevados niveles de cloro), hipercalciuria
(niveles elevados de calcio) y acidosis metabólica en sangre que pueden dar
lugar a náuseas, vómitos, cansancio y debilidad muscular. El PHAII se debe a
mutaciones en diversos genes: WNK1 (WNK lysine deficient protein
kinase 1), WNK4 (WNK lysine deficient protein kinase 4), CUL3 (cullin
3) o KLHL3
(kelch like family member 3). Todos estos genes están implicados en la
regulación de la presión arterial.
El gen WNK1 se localiza en el brazo corto del cromosoma 12 (12p13.3) y
codifica para múltiples isoformas de la proteína WNK1. Estas distintas
isoformas desempeñan importantes papeles en el organismos entre los que
destacan la regulación de la presión arterial y la sensación de dolor. El gen WNK4 se encuentra localizado en el brazo
largo del cromosoma 17 (17q21.2) y codifica una kinasa que también está
implicada en la regulación de la presión arterial. WNK1 ayuda a regular la presión arterial a través del control del
transporte de iones de sodio y cloro mientras que WNK4 se expresa fundamentalmente en los riñones en donde de controlar
el equilibrio entre la reabsorción de NaCl y la secreción de potasio regulando
la inhibición de la actividad de NCC (thiazide-sensitive NaCl cotransporter).
Hasta la fecha, hay al menos
2 mutaciones descritas para WNK1 y 8
en el caso de WNK4 en pacientes con
PHAII. Las mutaciones descritas en WNK1 resultan
en un aumento de la actividad de WNK1. Este exceso proca una excesiva
reabsorción de sodio a la vez que bloquea la eliminación de potasio resultando
en un aumento de las concentraciones de sodio y potasio que provocan un aumento
de la presión arterial e hiperpotasemia. El mecanismo exacto es todavía
desconocido pero se sospecha que WNK1
también esté implicado en la activación de EnaC, contribuyendo también así a la
hipertensión e hiperpotasemia. Por su parte, las mutaciones de WNK4 dan lugar a una proteína anormal
que no inhibe los canales de sodio pero sí los de potasio con el resultado de
que aumenta la reabsorción de sodio y disminuye la eliminación de potasio
provocando hipertensión e hiperpotasemia. Además, en pacientes con mutaciones
en WNK4 se ha encontrado
hipercalciuria (niveles elevados de calcio), por lo que el aumento de la
actividad de NCC también puede estar asociada a una mayor eliminación de
calcio, ya que estos pacientes responden mejor al tratamiento con tiazida que
los pacientes con hipercalciuria sin PHAII. Sin embargo, no se ha encontrado
ningún paciente con PHAII debido a mutaciones en WNK1 que además presente hipercalciuria, posiblemente sugiriendo
que en los pacientes con mutaciones de WNK1
la alteración de la actividad de EnaC tiene más importancia que la de NCC.
Las proteínas codificadas por el gen CUL3 situado en el brazo largo del
cromosoma 2 (2q36.2) y por el gen KLHL3,
situado en el brazo largo del cromosoma 5 (5q31) están implicadas en la
regulación de la cantidad de proteínas WNK1 y 4 disponibles. Tanto Cullina 3
como KLHL3 son proteínas que forman parte del complejo de la ubiquitina ligasa 3 encargada de unir otras proteínas a
moleculas ubiquitina para su posterior degradación por el proteasoma cuando
dichas proteínas ya no son necesarias. El complejo ubiquitina-proteasoma actúa
como un sistema de control de calidad de la célula encargándose de eliminar
aquellas proteínas celulas que estén dañadas, sean anómalas o haya un exceso de
ellas. Este complejo tembién regula los niveles de proteínas esenciales en la
actividad celulas como las implicadas en la división celular o el crecimiento.
Mediante la regulación de la cantidad de proteínas WNK1 y 4 presentes en las
células, Cullina 3 y KLHL3 desempeñan un papel en la regulación de la presión
arterial.
Se han identificado al menos
17 mutaciones distintas en el gen CUL3
y 36 en el KLHL3 en pacientes con
PHAII. Dichas mutaciones provocan una menor capacidad de las proteínas Cullina3
y KLHL3 para unirse al complejo ubiquitina de forma que se ve reducida la
capacidad del complejo para unir WNK4 al complejo ubiquitina-proteasoma y
reduciéndose su capacidad para degradar el exceso de WNK4. El efecto de estas
mutaciones sobre la capacidad para unir y/o degradar WNK1 no se conoce con
exactitud en la actualidad. El exceso de WNK4 altera la regulación de las
concentraciones de sodio y potasio dando lugar a hipertensión e hiperpotasemia.
El PHAII tiene un patrón de herencia autosómico dominante. En la mayoría de los
casos descritos se debe a mutaciones en los genes WNK1, WNK4 y KLHL3. Menos
habituales son los casos debidos a mutaciones en CUL3 que pueden heredarse de un progenitor afectado aunque en
muchos casos las mutaciones en CUL3 aparecen
de novo sin que haya antecendentes
familiares. En raras ocasiones, mutaciones en el gen KLHL3, se heredan con un patrón autosómico recesivo, siendo
generalmente los padres portadores asintomáticos de la mutación.
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