jueves, 23 de febrero de 2017

Aspectos genéticos del Trastorno del Espectro Autista (TEA)

En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, según sus siglas en inglés) se incluye por primera vez la categoría "trastornos del espectro autista" en la edición de 2013 (DSM-5). En la edición de 1994 (DSM-IV) se usaba la categoría de trastorno generalizado del desarrollo, que incluía 5 subcategorías: el autismo, el síndrome de Asperger, el síndrome de Rett, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS, en inglés).
En el DSM-5, como queda dicho, el término "trastorno generalizado del desarrollo" se sustituye por el de "trastornos del espectro autista", sin subcategorías (queriendo así reflejar el consenso científico de que síndromes anteriormente considerados como subtipos son en realidad manifestaciones diversas de un mismo trastorno), y se excluyen de él el síndrome de Rett y el trastorno desintegrativo de la infancia. En la actualidad, se acepta que existen diferentes “tipos” de autismo y que varían de forma considerable en su severidad. Un sólido cuerpo de evidencia puntualiza que los factores genéticos juegan un papel primario en la etiología de los TEA. Sin embargo, las causas de este comportamiento diferencial, puede ser el resultado de complejas combinaciones de influencias genéticas y ambientales, esto es, una mezcla de la naturaleza y la crianza (del inglés "nature and nurture").
Según el DSM-5, el autismo se caracteriza por retraso o alteraciones del funcionamiento antes de los tres años de edad en una o más de las siguientes esferas: interacción social y comunicación; patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados.







Características
1.   Déficit en la reciprocidad socio – emocional, que oscilan desde un acercamiento social inadecuado y errores en el toma y daca de una conversación; un nivel reducido de compartir intereses, emociones o afectos; fracaso para iniciar o responder a las interacciones sociales.
2.   Déficit en las conductas de comunicación no verbal empleados para la interacción.
3.  Déficit en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones; que abarcan; por ejemplo, desde las dificultades para ajustar su conducta para adaptarse a varios contextos sociales; dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por los iguales.

La gravedad está basada en las deficiencias en la comunicación social y en los patrones de conducta restrictivos o repetitivos. Existen diversas teorías sobre qué causa el  trastorno del espectro autista entre las que hay que indicar factores ambientales, la edad de los padres en el momento de la gestación, etc. pero en este blog nos centramos en las posibles causas de origen genético.

El autismo al parecer es mayoritariamente genético en su origen y la mayoría de los niños con autismo heredan el desorden de sus padres. Lo que se sabe del Autismo, desde el punto de vista genético, es poco: Es un desorden genético, heredado de los padres; Se encuentra ligado a más de un gen mutado (Poligénica); Es afectado por factores ambientales (Epigénicos); Carece de datos genealógicos, ya que muchas mutaciones aparecen de novo, es decir, las mutaciones se originan en el paciente autista; Se presenta con mayor frecuencia en el género masculino; Está asociado con el Complejo Mayor De Histocompatibilidad Tipo DR4; Existen antecedentes familiares asociados con alergias, asma, diabetes, artritis, colitis, enfermedad celiaca, tiroiditis y otras enfermedades autoinmunes; Y en la actualidad se empiezan a asociar varios Polimorfismos de Nucleótido Único (SNP) con la aparición del trastorno del espectro autista.





Los Polimorfismos de nucleótido único, frecuentemente llamados SNPs, son el tipo más común de variación genética entre las personas. Cada SNP representa una diferencia en un solo bloque de construcción de ADN, llamado nucleótido. Por ejemplo, un SNP puede reemplazar el nucleótido citosina (C) con la timina nucleótido (T) en un determinado tramo de ADN. Una de estas variaciones debe darse al menos en un 1% de la población para ser considerada como un SNP. Si no se llega al 1% no se considera SNP y sí una mutación puntual. Los SNPs normalmente se producen durante todo el ADN de una persona. Se producen una vez cada 300 nucleótidos en promedio, lo que significa que hay aproximadamente 10 millones de SNPs en el genoma humano. Por lo general, estas variaciones se encuentran en el ADN, entre los genes. Pueden actuar como marcadores biológicos, ayudando a los científicos a localizar genes asociados con enfermedades. Cuando los SNPs se producen dentro de un gen o de una región reguladora  cerca de un gen, pueden desempeñar un papel más directo en la enfermedad, al afectar la función del gen. Entre los SNP’s relacionados con el Autismo se han detectado entre otros los siguientes:
  • MTHFr- Metileno Tetrahidrofolato Reductasa
  • COMT- Catecolamina O- Metiltransferasa
  • MTRR/MTR- Metionina Sintasa y Metionina Sintasa   Reductasa
  • GST P1 y M1 Nulas - Glutatión S- Transferasa
  • GLAST y GLT-1 – Transporte de Glutamato
  • GABRB3- Receptor GABA
  • OXTR – Receptor de Oxitocina
  • UBE3A Mutante (ubiquitina ligasa)
  • CPOX – Corproporfirina Oxidasa
  • PON1 – Paroxonasa
  • Met tirosina kinasa receptor

Para aclarar cualquier duda, si quiere más información o si quiere solicitar una consulta, no dude en contactar con las consultas externas del Hospital Dr. Gálvez (Málaga, España) en www.hospitalgalvez.com, por correo electrónico en la dirección consultas@hospitalgalvez.com o llamando al teléfono 952062808.




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